No es necesario dar explicaciones a ciertos estados de animo, están por que están y son por que son.
Se que mucha gente no posee esta especie de bendita maldición, la de tener que expresar los momentos específicos, los buenos y los malos, pero yo estoy poseído por esa sensación de entrega inevitable.
A veces es como una arcada incontenible de sentimientos, una avalancha de ira, de ideas...que empujan y hay que abrirles paso o te queman por dentro.
Como queman las vicisitudes de la vida sin poder hacer nada por evitarlas, salvo ver la desgracia cernirse sobre el inocente sin poder mover un solo musculo por ayudarle.
Tanto sufrimiento evitable te roe el alma poco a poco, como ver que estamos tan lejos de aquellos que nos necesitan cuando parecen pedir auxilio.
A mi lado puedo ver el dolor producido por una muerte repentina y solo puedo aportar silencio, mas allá el duro destino de una buena amiga sola, con su lindo bebé recien nacido, luchando contra una vida llena de
trampas y deudas, abandonada por un imbécil, un "padre" que nunca ha sabido ser lo suficientemente hombre para compartir esa vida, ese hijo del cual es tan responsable como yo lo soy con mis hijos.
Y debo soportar ese dolor, sin poder alargar mi mano y dar una caricia, ni poder ayudar mas que a golpe de palabras...
Mucho más allá observo el triste y sangriento problema de Palestina...con esos niños masacrados por las bombas de los que una vez tambien fueron masacrados, pero de otro modo.
Dicen que quien no conoce la historia esta condenado a repetirla...dudo que Israel desconozca su triste pasado.
Es lamentable que el dolor y el error constante sean inherentes a la raza humana...no aprendemos nunca.
A veces dan ganas de enviar a la mierda al mundo, pero somos lo que somos...nada y todo.
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