Cae la lluvia, siempre triste, empapando todo a su paso, dando brillo a lo que normalmente no apreciamos.
Cae la lluvia y sin saber por que, evoca momentos que descansan en un cajón casi olvidado.
Esa lluvia que limpia la dura piedra gris, que hace relucir las calles.
Esa misma lluvia no limpia mi memoria, porque tu recuerdo permanece a salvo, a cubierto, protegido.
Un recuerdo que se aleja, poco a poco, pero permanece, fiel.
Miro al cielo gris y algo me invade, vivo esas sensaciones sin palabras, mi piel erizada, los ojos humedos.
Escucho una y otra vez esas palabras que nunca escuchamos, nunca salieron de nuestros labios.
Esas mismas palabras que luchaban desde un interior escondido por ser expresadas y fueron retenidas.
Esos abrazos que nunca se dieron, esas caricias que se quedaron en el tintero.
Escucho la lluvia caer, que habla como esa alma olvidada, como aquel tiempo perdido que aun permanece.
Y acompaño al cielo en su lento llanto al recordarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario